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Lamentablemente, esta compleja malla de reglas y mecanismos de ley internacional ha sido completamente insuficiente en contener la escalada de la crisis humanitaria que nace del conflicto armado en Colombia. En su informe anual, entregado a la Asamblea General de la OEA el 16 de Abril, 2001, la Comisión Inter.-Americana descubrió que " había una indiferencia crónica hacia la obligación de asegurar el respeto de los derechos humanos fundamentales de la población civil, tales como el derecho a la vida, el derecho a un trato humanitario, el derecho a la libertad de movimiento y de residencia y el derecho a una protección legal eficiente." La Alta Comisaría de Derechos Humanos de la ONU fue mucho menos diplomática. En su ultimo informe, no solo censuró las "graves, masivas y sistemáticas" violaciones de derechos humanos, también condenó los extensos incumplimientos de la ley humanitaria internacional, reclamando que las violaciones de LHI "eran recurrentes, masivas y sistemáticas, muchas de ellas formando parte de un asalto general a la población civil."

III. La Ley Internacional y la Guerra en Colombia


Lo que la Alta Comisaría quería decir es que las partes que participan en el conflicto en Colombia están cometiendo crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. La gran mayoría de sus víctimas no son otros combatientes si no civiles desarmados escogidos para ser castigados, a veces con extrema crueldad. Durante el curso de esta guerra salvaje, civiles son persistentemente asesinados y masacrados, torturados, violados, desaparecidos, secuestrados, aterrorizados y desplazados a miles. No importa si los autores son oficiales del ejército, jefes paramilitares o comandantes de los rebeldes. Mientras que sus acciones o las de sus subordinados sean parte de un extenso o sistemático ataque contra la población civil, o sean una violación de los principios universales de las leyes y costumbres de la guerra, pueden ser criminalmente responsables bajo la ley internacional.

A continuación hay un relato de estas acciones atribuibles a los bandos en guerra en Colombia que se pueden calificar como crímenes internacionales. Concluiré con una breve reflexión sobre el papel de la ley internacional a la luz de la grave crisis de derechos humanos y ley humanitaria del país.

Grupos Paramilitares y las Fuerzas Armadas de Colombia

Los grupos paramilitares, cómplices de sectores de las fuerzas armadas de Colombia, son claramente los mayores autores de crímenes internacionales. Juntos, son responsables del 80% de los asesinatos y desapariciones forzosas de civiles no-combatientes que ocurren el transcurso del conflicto, que en total fueron más de 4,000 víctimas en el 2000. Muchos de estos asesinatos suceden durante las numerosas masacres llevadas a cabo sistemáticamente por los paramilitares. (Las masacres se definen normalmente como la ejecución colectiva de cuatro o más personas.)

Los grupos paramilitares han utilizado las masacres durante mucho tiempo como una estrategia extensa para combatir la insurgencia al hacer objetivo a los civiles que supuestamente forman la base social de los rebeldes. Durante el periodo de un año entre Octubre 1996 y Septiembre 1997, por ejemplo, fueron responsables de 86 masacres con un total de más de 500 víctimas, según la Comisión de Juristas Colombianos. En los últimos años estos grupos han incrementado significativamente el ritmo al cual llevan a cabo sus ataques sistemáticos contra la población civil. En una desbandada, llevada a cabo en los primeros 18 días del 2001, grupos paramilitares trabajando concertadamente cometieron 26 masacres en 11 departamentos del país, una carnicería de un total de 170 personas.


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