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Pero existe otra cara de la moneda. En las "zonas liberadas" de Córdoba y Urabá, donde las AUC han echado a las guerrillas y repoblado la zona con sus propios simpatizantes, Castaño ha introducido la segunda etapa de su proyecto político, una campaña para ganarse con alma y mente al pueblo, que está llenado el vació histórico del estado. FUNDIPAZ es una "fundación" creada por Castaño hace dos años, co-financiada- con el dinero del tráfico de drogas- por las AUC y las más pequeños ACU, (Grupos de Auto-Defensa de Córdoba y Urabá, donde se originaron las AUC.). Administrado por su cuñada, Teresa Gómez, FUNDIPAZ ha financiado carreteras, colegios y alojamiento, tiene brigadas médicas gratuitas, medicina subvencionada, escolarización para todos y educación para adultos. Muchos beneficiarios de estos servicios se han convertido en un marco de intimidación prevalente y crueles controles sociales y de comportamiento, es difícil calcular el alcance de este apoyo. Pero para aquellos que nunca han conocido la seguridad, protección o los servicios públicos las dádivas de Castaño suponen una transformación en su mundo.

LA GUERRA SUCIA

Esta primavera, después de cientos de muertes y una campaña de terror por las calles y barrios que duró un año, las AUC completaron la captura del estratégico puerto Barrancabermeja, productor de petróleo, la primera gran ciudad que caía bajo el control de Castaño.

En Mayo trasladaron la guerra rural a la capital. Como habitualmente, Castaño había anunciado la presencia de sus fuerzas en Bogotá mucho antes de que las bombas empezasen a explotar. En Enero le había dicho a la prensa que un nuevo frente de las AUC, el Frente Capital, pronto desmantelaría la red de suministros de las guerrillas en Bogotá, identificaría e eliminaría a los "subversivos" a los que Castaño define como "objetivos militares."

¿Y quién es un subversivo? El pasado Enero y escribiendo desde el exilio al que había sido forzado unas semanas antes por amenazas de los paramilitares, Sergio Otalera Montenegro, analista y columnista semanal del diario independiente de Bogotá, "El Espectador", describía el objetivo político al que sirven Castaño y las AUC. "Los orígenes siniestros de los paramilitares y sus verdaderos protectores no están exclusivamente arraigados en el conflicto a muerte con las guerrillas. La verdad es que detrás de los escuadrones de la muerte ha habido 15 años de guerra sucia con el propósito de desarticular cada movimiento legítimo, organizado y popular y así realmente destruir cualquier posibilidad de construir una alternativa democrática en oposición abierta ha los partidos tradicionales." Lo que Otalero describe es una agenda política que combinada con las masacres rurales limpia las tierras por medio Castaño y sus paramilitares, que tan fielmente ejecutan por encargo de sus simpatizantes.

Esta es la agenda política letal que hoy amenaza la próxima campaña electoral y motiva los asesinatos en serie de los intelectuales, líderes de paz, organizadores laborales, trabajadores judiciales honrados, defensores de derechos humanos, periodistas y activistas étnicos y comunitarios Colombianos. En los últimos cuatro años más de 50 oficiales judiciales y por encima de 40 activistas de derechos humanos han sido asesinados y veintenas más han sido forzados a huir del país. La mayoría de los periodistas Colombianos de investigación con experiencia han muerto o han tenido que huir por su trabajo.


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